Sonia Bejarano

Sonia Bejarano
Sonia in King Canyons - Australia 09

lunes, 29 de junio de 2009

Sin huellas que seguir

“.. dime que fue verdad
que hubo un sendero aquí
que también yo ando perdido..”



No se cómo empezar a escribir esto, normalmente no pienso en cómo quiero escribir ni a dónde quiero llegar y tampoco hoy voy a hacerlo aunque necesite dar forma a los pensamientos que escupo sin más.

Todo viene a raíz, no tanto de un día malo sino de un intervalo de tiempo animosamente extraño. Con extraño me refiero a sentirme casi bloqueada, incapaz de seguir o mirar adelante porque no sé por donde tirar sin que sea la fuerza de la inercia la que acompañe mis movimientos. Era consciente de lo efímero de la sensación, de lo irracional pero no podía por menos que embriagarme de su amargo regusto volviendo atrás en mis pensamientos y recorriendo de nuevo la senda que me había llevado hasta aquella situación como si de un laberinto de espejos se tratase. ¿Era eso una ruta sin salida?
Hay un dicho de Lao Tse que dice; “si no puedes avanzar una pulgada retrocede un paso” no se si retrocedí pero me tomé benévolamente un par de horas para meditar sin llegar a ninguna conclusión sabiendo que retomaría en breve mis pasos en la misma dirección que abandoné. A veces pienso en lo absurdo de las cosas que creemos importantes, son cosas que sabemos que no son importantes pero parece ser que son necesarias para vivir en la sociedad que hemos creado.

El verano pasado tuve una crisis importante, casi existencial, no lo sé y son sensaciones pero veía que nadie me comprendía y me sentía una vez más sola. Quién no se ha sentido absolutamente sólo alguna vez.
El ritmo de vida poco común saboreado en esos días de verano, me hicieron recapacitar sobre lo absurdo, una vez más, del redil social al que estamos condenados. A más inri acabada mi experiencia decidí leer una especie de comic “Los Papalagi” (los hombres blancos) de Tuiavii de Tiavea que habla de cómo un jefe nativo de las islas de Indonesia ve al hombre occidental. Esto no hizo más que acrecentar mi infelicidad y desasosiego. Fue en ese momento cuando decidí (ayudada también por los recuerdo de algunos documentales de cómo vive la gente en esas islas de Indonesia) posponer mi futuro asalto a algún país menos occidentalizado. Mi visión es que somos muchos en el planeta (o estamos mal repartidos) y todos queremos mucho y somos codiciosos. Lo que espero encontrar es un sitio donde se viva más tranquilo, donde la gente se trate como aquella especie de comuna hippie del verano, cada cual aportando lo que tenía sin fronteras (arquitectónicas en el mejor de los cases, raciales en el peor) que obstaculicen el contacto humano.

Tengo crisis, mi forma de vida no es consecuente con mi forma de pensar, qué puedo hacer, soy yo sola contra más de 10 millones de habitantes, qué digo 10 millones, 100 millones, qué digo 100 millones, millones de millones...



La conclusión a la qué decidí llegar fue no agobiarme, por defecto soy una chica feliz y disfruto de cualquier cosa, en ese momento decidí disfrutar de los que me acompañaran en el viaje a ninguna parte, ahora mismo estoy disfrutando de un sencillo viaje vuelta de Málaga con los últimos rayos solares iluminando mi cara y escribiendo frente a este portátil (creo que gran problema de la deshumanización de la que me quejo es la falta o pérdida de trabajos manuales, se pierde la interacción con las materias primas y la interacción entre hombres, hoy día somos todos autosuficientes con nuestro ordenador, nuestro teléfono móvil,nuestro coche y nuestra casa, no necesitamos nada ni tenemos que aguantar nada de nadie). De nuevo me asalta el desasosiego, al lado una chica que intentar ahogar su llanto, me dan ganas de preguntarle qué le pasa, de intentar ayudar pero las normas de educación establecidas y aprendidas me impiden hacerlo para no pecar de entrometida porque no la conozco y no sé nada de su vida en teoría pero sé que siente exactamente como siento yo aunque sus sentimientos lo desencadenen situaciones diferentes.

Termino como empecé con una estrofa de una canción:

“Para algunos,
vivir es galopar un camino empedrado de horas, minutos y segundos.
Yo, más humilde soy
y sólo quiero que la ola que surge del último suspiro de un segundo
me transporte mecido hasta el siguiente.”

*****
Los dos fragmentos de canciones; la primera del Último de la Fila y ésta última de Extremoduro.

martes, 23 de junio de 2009

Road to Málaga

Después de una semana con un “sb” de 9,04” (season best) en 3000m y un “pb” de 4,20 (personal best) en 1500m, es necesario relajarse a pesar de la euforia que se pueda sentir y afrontar los días siguientes con tranquilidad y con las ganas de hacer un buen trabajo de cara a la próxima cita. Los atletas o deportistas en general parece que siempre estamos mirando a la siguiente cita, la siguiente carrera, lejos de parecer de no disfrutar de la victoria del momento en mi caso trato de ponerme los pies en la tierra lo antes posible aunque todavía saboreo los metros últimos de ese 1500m donde me vi terminando con fuerza y corriendo con muy buenas sensaciones. Eso ya es pasado y hay que ser consecuente con lo que toca ahora, 5000m en Málaga.



(Meeting Huelva 2009, 3.000m)


El 5000m es una prueba que me impone respeto, en general cada prueba que vayas a disputar al límite lo impone porque te estás probando a ti mismo y quedará en evidencia ante los ojos más críticos, los tuyos, lo que eres capaz de hacer. En todos los 5.000m que he competido he sufrido, ya lo haya terminado en 15,37 o en 16,12 así que este no va a ser diferente, la diferencia está en tu disposición al sufrimiento y la motivación que lleves para superar los momentos duros que vendrán sin dudas y más en una prueba de fondo. Otro punto clave para mí es en qué punto de la carrera te flaquean las fuerzas o tienes un bajón. Si este bajón coincide con un tirón de la cabeza del grupo y pierdes metros, la carrera se te complicará porque en pista quedarse sólo corriendo “en tierra de nadie” es peligroso, pierdes atención, motivación y te abandonas con lo que pierdes segundos por vuelta que son difíciles de recuperar. Por lo tanto es muy importante mantener la atención en todo momento, atento a los cambios de ritmo, atento a los movimientos, atento a tu forma de correr.. concentrado en lo que estás haciendo y lo que tienes planeado (aunque seguramente tendrás que improvisar de acuerdo a las exigencias de carrera).





Por supuesto que la cabeza hace mucho, te hace rendir a tu máximo si sabes utilizarla para sacar tu 100% aunque en ese momento físicamente estés a un 80%. Pienso que en cada carrera debes dar tu 100% poner todo tu empeño pero siendo inteligente, esto es, conociéndote a ti mismo y teniendo las cosas claras (por mucho que quiera y esté motivada no puedo pasar el primer 1000m a 2,55 porque es un ritmo que se que no puedo aguantar durante 5000m), en nuestra disciplina sabemos a qué atenernos, sabemos por los entrenamientos diarios en la horquilla de tiempos en la que nos podemos mover y no existen milagros. En mi caso puedo moverme en un ritmo de 3,05 mantenido durante 5 kilómetros y todo lo que sea ir por debajo de ese ritmo es arriesgar demasiado aunque a veces las circunstancias de carrera te hagan asumir esos riesgos.

lunes, 8 de junio de 2009

3.000 m en Dessau

El martes 2 de junio viajé a Dessau (Alemania) para competir en un meeting en la prueba de 3000 m.l. Partía de Madrid con muchas ganas e ilusionada ante la esperanza de corroborar con mi mejor marca personal el actual estado de forma que atravieso.

El ritmo de 3´el mil lo tengo en las piernas, me sale sólo sin quererlo y no sólo se trata de mi estado de forma sino de mi actitud, muy segura, agresiva y confiada. La parte que a mi me tocaba poner la puse, ganas, ilusión, lucha.. pero no fue el día adecuado, salió un día realmente ventoso y mis rivales con mejores marcas que la mía (yo tengo registrado 9,04” y ellas 8,49” la ucraniana y 8,53” la marroquí) no quisieron correr, se contentaron con “chupar rueda” hasta falta de 300m cuando lanzaron su ataque sin que pudiera dar mucha réplica. El hecho de que les avalen marcas de 4,05 y 4,06 en el 1500 m no me impidió tener la intención de plantarles cara pero he de reconocer que su cambio de ritmo es muy superior al mío que estaba además mermado por la función de liebre que ejercí durante toda la prueba.

Quedé 3ª con 9,16” (una carrera que he hecho sóla) y ganó la marroquí Hanana Ouhaddou con 9,07”.
Repito que yo hice lo que debía hacer, mi objetivo era correr sobre 9,05” y en los meeting hay que arriesgar, no vale quedarse agazapado a ritmo cómodo para saltar a falta de 200m para ganar la prueba. Yo al menos no lo entiendo así, viajas al extranjero para traerte tu mejor registro y tienes que poner todo lo posible de tu parte, si sale carrera enhorabuena pero si no sale la tienes que crear tu.





En la parte personal, el viaje me ha hecho conocer a otros atletas, de Casablanca, Rabat, California, Paris.. El viajar sola a estos sitios te obliga a abrirte a los demás y conocer a gente si no quieres morirte del aburrimiento. En mi caso el haber estudiado inglés y francés a hecho que fuera capaz de mantener conversaciones y que haya entablado amistades con atletas de diferentes países para que quizás en un futuro podamos hacer intercambios de lugares de entrenamiento, una posibilidad que me haría aprender mucho de métodos de entrenamientos y de costumbres culturales, porque.. se trata de aprender, no?



miércoles, 3 de junio de 2009

El precio de pensar

Es la primera entrada a este nuevo blog, me salto las presentaciones, cuando quiero hacer algo lo empiezo a hacer y ya, quizás llevada por mis impulsos e instintos (términos para mí diferentes, el primero denota acción no premeditada, activa y/o reactiva y el segundo olfato, intuición de seguir una línea que te agrada, búsqueda de tu camino) ,raciocinio no me falta pero no dejo mucho tiempo para la meditación porque una vez elegida la línea de pensamiento ya no veo otras alternativas que me sosieguen tanto como la de comenzar la tarea deseada. Quiero comenzar y comienzo, y hoy es un buen día, hay Viento a Favor y si no lo hubiera levaría anclas igual porque no me puedo frenar las ganas, porque puede que a veces peque de impaciente aunque no lo soy aun siendo incapaz de contenerme. Ese sentimiento y emoción de expresar y comunicar, de desnudar y descubrir parte de mi personalidad hacía mi misma y hacia el que azarosamente le de por demorar unos minutos en este lugar.



Siempre critiqué en cierta medida a aquellos que escribían y leían blogs, no entendía cómo podían “desperdiciar” tiempo delante del ordenador leyendo cosas de gente ajena, yo que prefiero el contacto directo, el ordenador se me hacía frío e impersonal, yo que prefiero el aire libre y contacto con la naturaleza a estar encerrada en casa. Ahora he cambiado mi punto de vista, quizá ha llegado una época en la que necesito no sólo buscar mi proyección sino la de hacer saber que soy y existo y la de relacionarme en esta blogosfera compartiendo, aprendiendo, haciéndome escuchar y comprender.


Llegados a este punto, me doy cuenta de que ya he hecho mi presentación y yo quería contar otra cosa, todo empieza con una simpática paradoja a mi modo de ver. Hoy en el aeropuerto tuve el impulso de comprar un libro que ha desatado mi cerebro: “piensa, es gratis”. El título en 0,1 segundo me ha atrapado; “coño, tengo una herramienta potencial en desuso, tengo que optimizarla” (está claro que está escrito por un artista del marketing, el título seduce, la información llega al cerebro y te hace crear una necesidad que tienes que saciar), está todo inventado, el consumo es 100% impulso 100% racional, se supone que lo ideal es llegar al punto intermedio. Lo gracioso es que me ha hecho pensar sí y creo que el libro, hoy en mi poder, seguirá desatando mi intelecto pero conste que este pensamiento no ha sido generado de manera gratuita, ha costado algo más de 15€, muy bien invertidos por otra parte ya que me gusta quedarme a solas con mis pensamientos cuando tengo algo que pensar y de momento tengo aseguradas unas horas de diversión introspectiva generadas gracias a Joaquín Lorente.



Los pensamientos nacen de cada uno pero se necesitan estímulos externos para darles forma, influyen las corrientes y tendencias leídas, incluso música escuchada e imágenes vistas y por supuesto experiencias vividas y compartidas sobre todo, este bagaje no tiene precio y es el valor de lo que somos, es lo que yo valgo y lo que tengo para ofrecer a otros. A veces estos pensamientos, estos valores propios (que no se compran ni se simulan), no son suficientes para conseguir lo que quieres o a quien quieres, sea persona, cosa o proyecto, bien porque no satisfacen a otros y son rechazados por no llegar a la altura o bien porque están por encima de los pensamientos de los demás y también son rechazados por resultar novedoso o descabellado. La conclusión es la misma, rechazo de tu idea, rechazo de parte o de la totalidad de tí.

Este es para mí el precio de pensar, ir un poco más allá, exponerte a la crítica de la linea de tu pensamiento y combatirla o cuestionarla si es necesario, arriesgarte a ser señalado con un apelativo que dañe tu ego. Me gusta incluso que ataquen mi idea y así yo poder defenderla y creer más en ella o por el contrario darme cuenta de que no lleva a puerto alguno, lo que no soporto que hagan otros y por tanto evito hacer es juzgar pensamientos y personas. Lo que si hago mucho es cuestionar todo, siendo ese a veces un problema porque me impide avanzar, es como una falta de confianza que poco a poco voy venciendo involucrándome más de lleno en lo que hago, convenciéndome a mí misma sin importarme si convenzo a otros que sólo me valorarán a mí y a mis ideas por los resultados en lugar de valorar cómo me siento haciendo lo creo y creyendo en lo que hago, aunque esté mal hecho a sus ojos, aunque sea descabellado.