Mi primo solía dirigir un club, llevaba a sus deportistas cuidadosamente e intentaba formarlos para mejorar, por supuesto, su rendimiento deportivo aunque nunca ha pretendido quedarse sólo en ese ámbito. Recuerdo cuando conocí a algunos de sus chicos, tenían apenas 15 años (Águeda, Patricia, Corcho, Rafa, Luis..) esa tarde, a las 16,30 en la concentración de natación de verano tocaba charla sobre nutrición. Mi primo siempre ha tratado de formar deportistas, con lo que el significado de la palabra conlleva, gente equilibrada, trabajadora, organizada.. Hace poco me encontraba con algunos de sus chavales (ya no tan chavales) que conocí años atrás. Una estudia 3º de medicina en Badajoz, la otra termina fisioterapia, otro se va en breve a Burgos a continuar su ingeniería de caminos (o agrónoma, no logro recordar), en fin, que después de tanto entrenamiento doble de agua o “en seco”, después de madrugones antes de ir al instituto y terminar tarde de nadar por la noche (no sin la molestia y apoyo diario que todo eso conllevaba a los atentos padres) parece que se han vuelto unos buenos estudiantes y personas responsables con unos valores distintos a los que abundan en el mundo loco de hoy.

Todo esto viene a cuento porque eso ha despertado mi ilusión y las ganas de hacerlo bien otra vez. De empezar poco a poco, por cositas básicas pero bien hechas que forman parte de un conjunto global que el deportista muchas veces no logra ver. Creo que un entrenador debe hacer eso, “desmembrar” todas esas partes y hacerlas aprender al alumno hasta interiorizarlas llevándole poco a poco hasta el paso siguiente. Esta labor por ardua y pesada que parezca hay que recordarla cada vez que se empieza una temporada, es por eso que demoro aquí ahora, entre otras cosas porque mi temporada empieza ahora y siempre he encontrado en el grupito de mi primo una especie de motivación motor básica, realmente se nota que se lo pasan bien haciendo lo que hacen sin descuidar sus otras facetas y obligaciones de la vida. Puede que a veces olvidemos esos pequeños pasos que te llevan a tu estado de forma óptimo, parece que el deportista siempre tiene prisa por llegar a algún lado, al menos en mi caso, suelo con frecuencia no respetar ciertas pautas de aprendizaje o lo que es peor obviarlas. La paciencia y la calma serán en este momento las mejores compañeras.
En la foto: Raúl y Lola junto con algunos de sus chavales en alguna competición.